Hacia la XXIV Jornada Mundial de la Juventud de Madrid 2011
Entrevista con el jefe de la sección de Juventud del Consejo Pontificio para los Laicos
CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 25 diciembre 2008 (ZENIT.org http://www.zenit.org/).- El mensaje de Benedicto XVI para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) 2009 debería hacerse público a comienzos del próximo año. Pero ya desde ahora han sido dados a conocer los temas de los tres próximos años en marcha hacia la JMJ de 2011 en Madrid.
El nuevo responsable de la sección de Juventud del Consejo Pontificio para los Laicos, el sacerdote francés Eric Jacquinet, nos presenta estos tres próximos temas y el espíritu con el que en la Santa Sede ya se está preparando el encuentro de la capital española que tendrá lugar del 16 al 21 de agosto de ese año.
El lema de la próxima JMJ, que se celebrará el Domingo de Ramos de 2009 en Roma y en cada diócesis, es: "Hemos puesto nuestra esperanza en el Dios vivo" (1Tm 4, 10).
El de la siguiente Jornada, que se celebrará también a nivel diocesano en el Domingo de Ramos del año 2010, será "Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?" (Mc 10, 17).
El de la XXIV Jornada Mundial de la Juventud 2011, que tendrá lugar en Madrid, será "Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe" (Cf. Col 2, 7).
--¿Qué dinámica siguen estos tres temas?
--Padre Eric Jacquinet: Cada uno de los temas tiene su propia lógica. El primero, para 2009, habla de la esperanza. El Papa invita a los jóvenes a entrar en la verdadera esperanza, la "gran esperanza", que sólo Cristo puede dar. Y esta esperanza la recibimos en la Iglesia. Esto es vital para los jóvenes, en el contexto actual de crisis social y económica.
En principio porque la juventud es el tiempo de la esperanza por definición: es el tiempo de los proyectos y de la formación inicial para entrar en la vida. Además, pertenece a los jóvenes cristianos la misión de ser testigos de la esperanza ante sus contemporáneos. Y por último porque, en todas las épocas, la sociedad se ha beneficiado de la aportación de los jóvenes.
Basta mirar el impacto de los jóvenes monjes en la Europa medieval o el trabajo de un san Francisco de Asís. Más recientemente, el joven Frédéric Ozanam fundó las Conferencias de San Vicente de Paúl a la edad de veinte años. Numerosos jóvenes han participado en la vida de nuestro mundo. Lo hacían porque tenían una gran esperanza. Esta esperanza se encuentra en Cristo, el Dios viviente, como afirma san Pablo, tras hacer la experiencia en el camino de Damasco. Y, hasta su muerte, será un testigo apasionado de la misma.
El tema de 2010 parte de la pregunta de un joven rico a Jesús: "Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?". En 2010, festejaremos el 25 aniversario de la bella carta de Juan Pablo II a los jóvenes (1985). Y esta carta era el comentario a este encuentro del joven rico --que representa en cierta manera a todos los jóvenes--, con Jesús. La pregunta concierne a la acción: "Qué debo hacer?". Este tema llevará al compromiso cristiano en el mundo. Y el objeto de este compromiso es "obtener la vida eterna". Así entendemos que este tema es la prolongación del precedente sobre la esperanza en la vida eterna.
Por último, el tema de la JMJ de Madrid, en 2011, lleva al arraigo en la fe en Cristo. El Papa anima regularmente a los jóvenes a cultivar una fe cristiana que se haga madura, sólida. Les exhorta a formarse, para "dar cuenta de la esperanza que está en ellos".
Es pues todo un camino el que el Papa ofrece a los jóvenes cristianos hacia Madrid, durante tres años de preparación.
--¿Cómo ayudar a los jóvenes a vivir en nuestras diócesis?
--Padre Eric Jacquinet: El Papa dirigirá un mensaje a los jóvenes sobre cada uno de estos temas. El próximo mensaje se publicará a principios de 2009. ¡Que lo lean los jóvenes! El Papa les escribe. Que intercambien sobre este importante texto. Además, el Papa anima a los jóvenes de las diócesis a organizarse cada año para vivir la JMJ de su país, en torno al Domingo de Ramos, o en otro momento. Se exhorta por tanto a los responsables de la pastoral juvenil a organizar algo, según sus posibilidades. Pero los jóvenes no deben esperar pasivamente las propuestas. ¿No pueden también hacer proyectos, presentar propuestas a sus obispos, a sus sacerdotes, a sus responsables?
--¿La fórmula de la JMJ tiene todavía futuro o se agota?
--Padre Eric Jacquinet: Los ecos de las últimas JMJ en Colonia y Sydney muestran que la fórmula está lejos de agotarse. Por el contrario, se desarrolla y toca cada vez más a las nuevas generaciones de jóvenes. Los grandes encuentros internacionales tienen una forma general semejante: una semana en una metrópoli, con la presencia del Papa, delegaciones de casi todos los países, catequesis por la mañana, un festival de la juventud que ofrece expresiones diversas de la fe, un Vía Crucis, tres intervenciones del Santo Padre, siendo la cumbre la vigilia del sábado y la misa de clausura del domingo.
Antes de esta semana, numerosos grupos hacen escala en una diócesis acercándose a lo que también es muy importante: la acogida de las familias y parroquias renueva a los jóvenes peregrinos y también a las diócesis de acogida. Todo esto produce muchos frutos, por la gracia del Espíritu Santo. Estos frutos están ligados también al hecho de que los jóvenes se preparan durante varios meses a la JMJ, y a que sus grupos continúan después. Y se constata que, durante todos estos años desde 1986, las JMJ han formado a generaciones de jóvenes, hoy empeñados en la Iglesia, con una cosecha de vocaciones sacerdotales y religiosas, ¡aparte de las parejas casadas que se han conocido en la JMJ! Además, las JMJ han dado un impulso a la pastoral juvenil en muchos países del mundo. ¡La fórmula de la JMJ tiene pues todavía un brillante porvenir!
Por Anita S. Bourdin, traducido del francés por Nieves San Martín.
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